miércoles, 27 de agosto de 2008

¡Una buena noticia!

Ante tanta intolerancia religiosa presente en nuestra sociedad me entero de una buena noticia en contra de la barbarie de militantes ultracatólicos que habían destruido obras de arte del artista plástico León Ferrari en una muestra expuesta en el Centro Cultural Recoleta en el año 2004.
Los personajes, adoradores de Bergoglio, deberán pagar $ 100.000 pesos a la Comunidad Homosexual Argentina y realizar trabajos comunitarios durante más de 2 años.

La decisión de "donar" el dinero a la CHA, corrió por cuenta de don León, porque "la CHA es una institución que va en contra de lo que piensa esta gente, en todas sus formas; y por la CHA en sí, que representa libertad sexual, y de opinión, por supuesto”.

Además responsabiliza al enviado de Dios en Argentina, Bergoglio, por todo lo que ocurrió durante esa exposición "el cardenal Bergoglio es en parte el principal responsable por incitación, porque dijo que yo era un blasfemo, mandó cartas criticando mi obra. Y como los chicos son tan religiosos"...

Vea mi amigo León, al leer sus reflexiones pensé que yo mismo hablaba y veo que no estoy solo en mi cruzada... no dejemos de ser quienes somos, si nuestra extraña condición nos ha hecho ponernos en contra de los fundamentalismos religiosos, agrupémonos para ayudarnos amistosamente a soportar la adversidad.

jueves, 14 de agosto de 2008

lo que faltaba...

Singular noticia levanta el pasquín vespertino dándole ridícula trascendencia, por supuesto siguiendo las directivas arzobispales; no vaya a ser que se pierdan más fieles y de paso no desaprovechar la oportunidad para seguir embruteciendo a la gente.
"Perro orina y deja imagen de Cristo" ahora resulta que el perro que meó parece que tiene cualidades de artista plástico en el chorro, sí señores, dejó la aureola con la imagen de Cristo. No sé que tendrá más valor, si el hallazgo del can meador o la imagen, que dicho sea, no se ve un pomo en la foto.
Pero ahí está, El Litoral, 90 años de periodismo comprometido; los Víttori y sus jugados periodistas publicando noticias estremecedoras, dignas de Crónica TV.
Por supuesto los fieles ya le prendieron velas a la meada; y monseñor Arancedo está pensando en celebrar una misa de Meo presente; y los mercaderes del templo aprovecharán para hacer su agosto, vendiendo botellitas con gotitas del Meo sanador y estampitas alusivas a San Can, todo sponsoreado por diario El Litoral, el diario de Santa Fe.

sábado, 9 de agosto de 2008

Asquito

No puedo dejar de autoflagelarme de cuando en vez, leyendo notas y opiniones de personajes a quienes le tengo cierto “asquito”; debe ser por aquello de, como decía un amigo, leer las opiniones del “enemigo” para que no te agarren desprevenido.
Encontré en el diario de “malaleche” Lanata... una nota al enviado de Dios en Argentina, don Bergoglio que, aprovechando su homilía en San Cayetano, dice:

“Nuestro Dios quiere que todos nosotros, buenos y malos, participemos de su alegría. Es lo único gratuito, lo único que no se compra, que no se vende y que no se deja coimear”

Quisiera recordarle a monseñor que antes de hacernos partícipe de la alegría de su Dios, con el que su iglesia mantiene en estado catatónico a tanta gente necesitada de creer en algo sobrenatural, vigile mejor a sus ministros, aquellos que no dejan pasar la oportunidad de enfiestarse con pibes, reunirse con terratenientes (tan lejos de los pobres) y seudogolpistas y, todos los años, organizan una colecta para repartir limosnas... ¿compra-venta y coimas? No dudo que sabe bien de qué se trata; a veces sus actos fallidos desnudan su mente asceta tan lleno de capas y telas santas.

Continúa, muy suelto de cuerpo don presbítero:

“Pedile perdón a Dios de las macanas que hiciste”

La verdad don Dios, no voy a pedirle perdón ¿quién es usted para pedirle perdón? además usted no existe; y si existe usted es un filho da puta, por permitir las miserias de sus sicarios, perdón Vicarios, representantes de usted en la tierra..

Monseñor Bergoglio, usted me da asquito... y San Cayetano, agarrámela con la mano...

miércoles, 6 de agosto de 2008

La clase media


A fuerza de ser sincero debo decirles que este escrito que está debajo de mis líneas, lo robé de internet, de un tal Alejandro Seselovsky; y también debo decir que lo modifiqué... tan sólo un poco, porque estaba casi perfecto; de no ser que se refería a la clase media porteña parece que se refiere a todo lo que me circunda; por eso, y con la debida disculpa a Alejandro, se lo dejo para que se relaman.

"Jamás, de ninguna manera, se me ocurriría mandar un poquito bien a la concha de su madre a la clase media Argentina. Inflo el pecho para decirlo: Mi Clase Media. La que ahora se siente satisfecha de sí misma cuando boquea con suficiencia su nueva y tan saludable proclama: ¡Qué bien Cobos! La clase media que puteaba a los piqueteros del hambre porque la hacían llegar tarde a la terapia y que ahora se compra la banderita y va al acto del campo para sentirse solidaria, para sentirse una hermana federal. La que lee El Litoral en los barcitos de la peatonal y que siente que Grondona ya fue, pero qué bien este Joaquín Morales Solá, cómo piensa. La que de ninguna manera se espanta con los negros que llegan en carritos del borde oeste pero en el fondo preferiría que hubiera menos carros, menos negros y de paso menos borde oeste. Así, de un plumazo, que no hubiera: por qué tiene que seguir habiendo. La que putea a los chicos del call center cuando el celular no le manda bien los mensajes de texto. La clase media que en el 95 votó a Menem porque se quería seguir yendo a Nueva York con los 1000 pesos de su salario dolarizado mientras rosarinos desclasados carneaban vacas sobre la avenida Circunvalación o neuquinos expulsados de sus empleos tras la privatización de YPF cortaban caminos en Cutral Có, pero que cuando le tocaron los plazos fijos sintió que lo que le estaban tocando era el culo, y salió a cacerolear porque con el hambre de gente que vive en esos taperíos no sé, pero con los plazos fijos no se jode.

Esa mezquina, desmemoriada, garca, egoísta, autoindulgente, vigilante y un poco bastante gallina clase media que se indigna con la marca de la cartera de nuestra señora presidenta, que ve allí, en esa exaltación del consumo por el que muere mil veces, los grandes males de la patria. Y entonces se sube con la virgencita a gritar Argentina, Argentina y le estampa un beso a Luciano Miguens y le agradece por defendernos del gobierno que le cae mal: cuestión de piel, ¿viste? Nos cae mal.

La clase media vecinalista que está pensando en los destinos del país y que cree fervientemente que nos vamos a ir para arriba el día que saquen a patadas en el culo a todos los limpiavidrios de la ciudad, porque te rayan el auto y el auto de la clase media es la proyección de un ser supremo nacional, incluso por encima de los plazos fijos, fíjense.

En el 82 llenó la plaza porque creía en sus generales y en que la guerra era una guerra ganada y en 2004 le firmó las papeletas al ingeniero Blumberg porque creía que de verdad era ingeniero y que iba a terminar con la inseguridad, esa cosa mala que inventaron los pobres y sobre la cual la clase media no siente que tenga ninguna responsabilidad social, por qué iba a tenerla.

Supongo, que será el destino divino, tan fino, tan occidental y cristiano. Cosmopolita y parisino.

Nací y crecí en esa clase media. La clase que se siente bien de sí misma porque no se mete en política, nunca se ha metido, siempre fue antiperonista. A esa clase le conozco sus clubes y sus colegios privados, caros, exclusivos y tan católicos. Yo soy ella, así que no, jamás. Mandarla a la concha de su madre. ¡Cómo se me va a ocurrir!"