lunes, 19 de julio de 2010

Los vencidos


"Si se dice, como se dijo, que ganaron las libertades individuales, la democracia, el civilismo, y hasta la modernidad, es formalmente correcto y bienvenido. Pero falta exclamar lo elemental de que esos vencedores lo fueron porque hubo el vencido. Y ese vencido se llama la Iglesia, Bergoglio, sus cínicos aliados de moral indefendible. El vencido se llama la represión, individual e ideológica. Perdieron. Es una derrota mucho más fuerte que la de hace más de veinte años, cuando la ley de divorcio. Aquello se caía por su propio peso ridículo, sin por eso quitarle méritos de etapa al alfonsinismo. Y esto fue conquistado por la lucha de una minoría activa que, a fuerza de convicción, sedujo a las conciencias timoratas. Hasta la derecha pícara se horrorizó por las animaladas de los saurios del Episcopado. Admitieron entrelíneas que juntaron varios miles en el Congreso porque los trajeron en micro, a tanto el rosario. La versión católico-modosa del choripán y la Coca para juntar gente. Pero los medios no hablaron de caos en el tránsito.

Perdieron. Si se lo ve con ojos de la cotidianidad mayoritaria, la sanción de la ley simplemente legalizó una obviedad aunque, apreciado desde los derechos civiles de las parejas homosexuales, sus alcances son importantes. Si se pregunta para qué sirve en términos de pobres, excluidos, negreados, redistribución de la riqueza, o etcéteras de esa naturaleza, la respuesta es para nada –en primera instancia–, por más que sea atinado recordar que cuando una minoría relegada conquista atribuciones se abren mejores puertas para las mayorías. Por el contrario, si se lo valora desde lo que le pasó a un factor de poder que se creía simbólica y concretamente impune, es un notición. Como siempre subraya Rubén Dri, la Iglesia maneja esa simbología a través de una influencia de nexos profundos con los poderes políticos y económicos, a nivel nacional y mundial; y la profundidad de lo religioso en el ser humano, fundida con el manejo de la simbología, inevitablemente significa poder. Y cada vez que una vaca sagrada pierde poder, hay la chance de que se acerque la justicia".

Eduardo Aliverti - Nota completa

1 comentario:

LENGUA EN LIBERTAD dijo...

http://polvoyespantoypolvo.blogspot.com/2010/07/matrimonio-entre-gente-rara.html