El rastrero gusano esclesiástico monseñor Arancedo, ha resuelto opinar sobre la pobreza y el fútbol; con su sueldo estatal y su asceta vestimenta de lúgubre monje negro, y sin que se le mueva un músculo de su lasciva cara, opina que el estado y su execrable institución de la mentira universal, ven distintas fotografías respecto de la pobreza.
Desde Caritas, esa ONG espiritualista, que todos los años organiza una colecta para repartir limosna entre los pobres, y desde su universidad Católica, le informan que sus estadísticas son serias, no así las del gobierno.
Continúa luego, para alegría de todos sus feligreses y chupasirios confesos, que le hubiera "gustado que los 600 millones que el Estado destinó al fútbol fueran a la asistencia social y a garantizar el derecho de los niños”.
Quizás sea tiempo que el estado se independice de este lacra improductiva y anule el artículo 2 de la Constitución Nacional, comenzando a dar muestra de ser un país serio y evitar que cualquier pederasta o abusador sexual, escudándose en dioses inexistentes, opine de los temas nacionales sin el menor pudor y con total desparpajo.
Cortala Arancedo, llamate a silencio, vos y todos aquellos horribles voceros de la mentira, que aturden a la gente con dioses inexistentes, con la salvación eterna, con dudosas vírgenes y coloreadas estatuas de infames santos, condenando a los homosexuales, haciendo colectas para repartir limosnas a los pobres, bendiciendo todos los golpes de estado, hablando de la pobreza con sus jugosos sueldos estatales, ocultando y defendiendo a pedófilos y abusadores.
Hacenos un bien y renunciá a tu sueldo estatal si no estás de acuerdo con este gobierno, que te mantiene para decir pelotudeces y parasitar toda tu vida. De este modo podrás colaborar con los pobres por lo que tanto te preocupás... ¡fucking cura!
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